¿Cuánta certeza tiene todo esto?

Muchas culturas antiguas consideraban a los planetas y las estrellas como representantes o símbolos de los dioses u otras fuerzas sobrenaturales que controlaban sus vidas. Para ellos, el estudio de los cielos no era un tema abstracto, estaba conectado directamente con la necesidad de la vida o la muerte, para comprender las acciones de los dioses y congraciarse con ellos.

La astrología comenzó en Babilonia hace unos 2500 años.

Los Babilonios, creyendo que los planetas y sus movimientos influyeron en las fortunas de reyes y naciones, utilizaron sus conocimientos de astronomía para guiar a sus gobernantes. Cuando la cultura babilónica fue absorbida por los griegos, la astrología gradualmente llegó a influir en todo el mundo occidental y parte del oriental también.

La astrología natal se basa en la suposición de que las posiciones de los planetas en el momento de nuestro nacimiento, como se describe en un horóscopo, determinan nuestro futuro.

Hoy en día, sabemos mucho más sobre la naturaleza de los planetas como cuerpos físicos, así como sobre la genética humana. Es difícil imaginar cómo las posiciones del Sol, la Luna o los planetas en el cielo en el momento de nuestro nacimiento podrían tener algo que ver con nuestra personalidad o futuro. Aun así, a veces nos vemos sorprendidos por la precisión de la Astrología al describir ciertos aspectos. ¿Casualidad o causalidad? No existe ninguna base científica que la respalde… pero oye, a mí me parece interesante y me divierto con ella. 🙂